ESTE BLOG ES DE CIENCIA FICCIÓN

domingo, 15 de marzo de 2009

Mi anorexia.



Que gritara fuerte. Mucho más fuerte. Me dejaste también que te pegara. Que cerrara fuerte los puños e intentara herirte. Y tú me abrazabas. No me dejaste renunciar a ti y como no hacía mucho tiempo volví a romper a llorar. A gritos y a llantos sonaba la calle. Te pegaba, pero poco a poco más tenuemente, cada vez con menos ira, mucho menos bucólico, más yo. Te miré en cuanto mis ojos dejaron de ahogarse y no te vi la sonrisa. Vi el miedo y la preocupación, y ahí dejé de quererte.

Entendí que yo era mucho más fuerte, que pocas veces había sentido el miedo, y cuando me había encontrado con él siempre había sido capaz de controlarlo. Deduje entonces que nadie me estaba dejando, que no eran los demás los que lo decidían, que era yo el que siempre, siempre, había querido estar solo.

Que quiero a mis padres, pero sólo hablo con ellos una vez al mes porque así me obligo a no echar de menos. Que tanto sexo es como el alcohol, porque así no le coges el gusto a tomar una buena copa igual que te obligas a que no te quiera ningún chico porque das esa impresión de no querer ser especial para alguien. Sólo te gusta una cosa de dos, los abrazos, aunque hace tanto que dejaron de estar de moda...

1 comentario: