ESTE BLOG ES DE CIENCIA FICCIÓN

martes, 2 de febrero de 2010

Qué hace un chico como tú contando historias de amor como ésta

Pasa a veces que en este blog, que de tanto drama quiso presumir, hay ocasiones en las que se pone un poco tontito y, por no querer hablar directamente de amor, se arrima, por su carácter defensivo, a eso que llaman pornografía. Vamos a ello, no sin antes prometer a los lectores que tenían un gusto por los antiguos temas que se trataban aquí, que pronto volveré a hablar de vejaciones y discriminaciones como si fuera este rincón donde pudiéramos estar por encima de toda moral y, al mismo tiempo, sentirnos tan a gusto.

febrero es el mes con menos días del año, y no es casualidad. Ni siquiera relevante, como inapreciable y desinteresado es el recuerdo de aquella piedra que compré en una excursión del colegio a un museo geológico cuando mi edad me negaba conocer mundos como la masturbación o el amor, conceptos casi inseparables para quienes sabemos disfrutar la vida. Tengo en la mente un mostrador en una especie de sala de espera, al final de aquella visita. Era una sala de varias alturas en tonos blancos y había que, si pretendíamos comprar algo, hacerlo rápido. Me llamó la atención la verde, malaquita. Y a medida que escribo esto me doy cuenta de que acabo de llegar a lo absurdo, porque había quebrado mi memoria imaginando que pagué por una amatista, la piedra de febrero. Pero no, febrero no es para malaquita lo que A para B, y mucho menos lo que ‘tú’ para ‘yo’, y ni siquiera lo que ‘contigo’ para ‘nosotros’.

Pasa a veces, y que nadie crea que no sé que me repito, a mí me pasa, que cuando siento disfrutar de algo tanto, analizo y observo, asimilo y describo, busco y aniquilo todos los detalles que conforman esa situación. Me quedo con la temperatura de mi cuerpo. Te toco la rodilla con mi mano, a ti que estás sentado frente a mí, para intentar averiguar si ardes. Presto atención a la cantidad de luz que logra entrar por la ventana e imagino los objetos que quedan en penumbra y me enamoro de lo que se consigue averiguar de tu rostro. Flipo, repito, flipo, con los reflejos que se consiguen entrever en el cristal de las copas llenas de vino, blanco. Y busco en tus ojos la imagen instintiva de mi cara mirándote, porque seguro que me quedo con carita de bobo.

Entonces es cuando se rompen los esquemas y hay que parar de tallar esa imagen en mi cabeza. En aquel momento, inclinados el cuerpo del uno hacia el otro, se notan frescos tus labios. Pierdo la mano, como el Manco, entre tu pelo. Y posiblemente ya la tenga dura. Es un viaje agitado, lleno de improvisación, en el que no paramos aunque para nosotros el mundo ya esté detenido esperando, para poder continuar, que tus dientes dejen de morderme. Y a bocados hemos de habernos triturado el uno al otro, que quedamos extasiados en la cama, envueltos nuestros brazos y desahogados respiramos. Acompáñame a ese mundo en el que no quiero dejar de verte.

2 comentarios:

  1. Por que te quiero en 65 palabras

    Te quiero porque un dia desperte y vi que seguia soñando
    Porque contigo puedo mostrar lo que no puedo aparentar
    Te quiero porque tus labios nunca me cansan
    Porque me has hecho sentir que todo al final se puede lograr
    Te quiero porque despues de conocerte dije "no es suficiente, necesito mas..."
    Por tu pasion a la hora de actuar
    Te quiero porque eres TU

    firmado: tu vampire.

    ResponderEliminar
  2. Si no sabes quien soy despues del texto, soy el que te la pone dura...

    ResponderEliminar