ESTE BLOG ES DE CIENCIA FICCIÓN

martes, 10 de noviembre de 2009

Suero lácteo concentrado, queso, leche desnatada, proteínas de leche, mantequilla, almidón modificado, sales fundentes (E331, E452, E339), sal, correc

tor de acidez (E330), conservador (E202). CONTIENE LECHE.

Brutalidad, abuso y maltrato sistemáticos es lo que te espera si no consigues seguir viendo en ti la perfección de lo que has creado. Llega un momento en el que hemos de sentirnos responsables de la persona que somos, aceptando y asumiendo nuestros pensamientos y acciones como un efecto de toda causa que hayamos propiciado. Y, como de nosotros mismos se trata, hemos de sentirnos bien por todo lo que gestionamos en algún momento de nuestra vida y que ahora se materializa en frases, situaciones y maneras de hacer que son lo mejor que tenemos para vendernos. Es, en el momento en el que hay una subversión escondida y que no queremos esclarecer, cuando todo empezará a fallar.

Los últimos sentimientos que me mueven son las ganas de pasarlo bien, el cariño rápidamente absorbido y ese juego de poder, no-poder y sumisión. A diferencia de anteriores capítulos, no hay ahora una ñoñería en mí que no reconocería ni mi madre. Hay detalles, muy cuidados, sin embargo no está la delicadeza de tener educación a cada segundo. Están los cambios de tono, el ímpetu de besar y la naturalidad brusca de quien te mira y te vuelve a mirar pero que no coincide cuando tú estás mirando. No hay un guión, sino el miedo de vivir el reality y no saber cuándo se acaba. Ni si ha empezado. Porque todo juego moderno tiene tras la doble cara, otra pared de cartón.

Ya estoy corriendo. Y es que llevo entrenándome demasiado tiempo y, siendo de los mejores, posiblemente sea ahora cuando tenga más competidores que nunca. Y en esta carrera lucho por ir despacio, sigiloso, para hacerlo bien, que no tiene nada que ver con que algo salga mal y no nos sentemos en la misma mesa. Estoy aprendiendo a sufrir, dando a la vez el toque exacto de lo que siempre he sido. Ser natural en mí quizá tenga esa fachada también de show. Era asombroso ver cómo hace un mes estaba reducido a la humildad, a un cierto sometimiento y a las ganas locas de ser feliz. Ahora, restablecidos mis sentimientos, hablo de orgullo, pasión y ambición. Arriesgo lo que sea con tal de tener otra noche como la del otro día, porque sí, date cuenta, nada de esto está reñido con echarte de menos.

Y un poquito de humor para este blog, que últimamente parece que sólo me mato a pajas con cine gore. Cuando todos sabemos que no lo necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario