Los pueblos se ponen de moda en verano. La humanidad está hecha para que sus individuos, en un momento dado, confluyan. Cuando los caminos de dos personas se encuentran y se unen, parece que nos da pereza (a mí miedo) preguntar cuál es la parada donde pretende bajarse nuestro compañero de viaje y mucho más pánico me da intentar averiguar dónde lo haré yo. Si parece que él sigue en aquél tren (yo prefiero autobús) y que te han dejado en el andén, decide o mejor no lo hagas. Que de alguna manera tenías destinado un transbordo hacia otro destino. Comprender los horarios y saber por qué razones volveremos o no a encontrarnos de nuevo en esta ciudad es algo que, supongo, vendrá con la experiencia. Hoy es una noche crucial, y habrá más hasta octubre. No será culpa del gobierno, ni de la oposición, tampoco de los patronatos, sindicatos o de la Iglesia. Esta noche cuando termine de rezar me dormiré solo.
perdamos otra vez el autobús
Viento
Hace 9 años
Las pajaritas dan mucho gusto.
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